Los molinos de viento de la Ruta del Quijote

En el corazón de La Mancha, los molinos de viento se alzan como emblemas de la Ruta del Quijote, fusionando historia y literatura. Estos majestuosos monumentos, inmortalizados por Cervantes, son hoy en día un destino turístico de primer orden. En este artículo hablaremos de los molinos más icónicos de esta ruta y repasaremos su rica historia y su influencia en el paisaje cultural manchego. Desde Consuegra hasta Campo de Criptana, cada molino ofrece una experiencia única, sumergiendo a los visitantes en el mundo de Don Quijote y su imperecedero legado.

1. Molinos de Campo de Criptana

En Campo de Criptana, uno de los pueblos más bonitos de la Ruta del Quijote, Cervantes encontró inspiración para una de las escenas más famosas del Quijote, donde los molinos de viento se convierten en gigantes. Estos molinos, catalogados como Bien de Interés Cultural, destacan en la llanura manchega como ejemplos del patrimonio industrial de la región. Construidos en mampostería, blanqueados con cal, y con planta circular, estos molinos del tipo “torre” se dividen en tres plantas. Tres de ellos, Sardinero, Burleta e Infante, datan del siglo XVI y conservan su mecanismo original.

Molinos de viento de Campo de Criptana - Ruta del Quijote
Molinos de viento de Campo de Criptana. Foto: rutadonquijote.es

Algunos, como el molino Infante, Burleta o Culebro, están abiertos al público y albergan museos, incluyendo el museo de Sara Montiel y uno sobre la Semana Santa local. El molino Poyatos funciona como punto de información turística. Esta colección de molinos, tanto antiguos como modernos, captura la esencia de la novela cervantina y la historia de La Mancha.

2. Molinos de Consuegra

En Consuegra, los molinos de viento se erigen majestuosamente en el Cerro Calderico, creando una estampa única en La Mancha toledana. Este grupo de doce molinos, uno de los más extensos y mejor conservados de la región, también captura a la perfección la esencia de los gigantes de la famosa obra de Cervantes. Molinos como Sancho, Rucio, Bolero y Espartero conservan su maquinaria original del siglo XVI.

Molinos de Consuegra en el Cerro Calderico - Ruta del Quijote
Molinos de Consuegra en el Cerro Calderico. Foto: rutadonquijote.es

Durante la Fiesta de la Rosa del Azafrán, Sancho aún muele el trigo, un acto simbólico que atrae a múltiples visitantes y personalidades. Cada molino, con su nombre inspirado en el Quijote, refleja la rica identidad cultural de Consuegra. Además, el grupo está flanqueado en uno de los extremos por el precioso Castillo de la Muela, cuyos orígenes se remontan a tiempos del Califato de Córdoba.

3. Molinos de Mota del Cuervo

En la localidad de Mota del Cuervo, conocida como «Balcón de La Mancha», se elevan siete molinos de viento en una serrezuela, ofreciendo una vista panorámica espectacular y atardeceres memorables. De estructura cilíndrica y distribuidos en tres plantas, los molinos utilizan el viento como motor para activar un engranaje complejo. De los siete, tres son visitables: el Gigante, que alberga la Oficina de turismo y donde se realizan moliendas tradicionales, el Goethe, con un pequeño alfar, y el Piqueras, donde podrás visitar un museo manchego.

Molinos de viento de Mota del Cuervo - Ruta Don Quijote de La Mancha
Molinos de viento de Mota del Cuervo. Foto: rutadonquijote.es

4. Molinos de Alcázar de San Juan

En Alcázar de San Juan, el Cerro de San Antón alberga cuatro imponentes molinos de viento: Fierabrás, Barcelona, Rocinante y Barataria. Este lugar, que actúa como un verdadero mirador de La Mancha, ofrece una espectacular vista panorámica de la región. Los molinos, restos etnográficos significativos de Alcázar, son testimonio de la histórica abundancia de molinos en una localidad que llegó a contar con hasta 19 molinos de viento y 8 de agua.

Molinos de Alcázar de San Juan en la Ruta del Quijote
Molinos de Alcázar de San Juan. Foto: rutadonquijote.es

5. Molinos de Herencia

En Herencia, los molinos de viento son parte esencial de su patrimonio, reflejo tanto del orgullo como de la necesidad histórica de la localidad. Construidos en 1790 como una solución económica y práctica frente a la escasez de agua, estos molinos son testimonio de la ingeniería y la adaptación al entorno. Del conjunto original, siete molinos siguen en pie, cada uno con su propio nombre: el Ama, la Sobrina, Dulcinea, Maritones, la Dueña Dolorida, la Duquesa y Teresa Panza. Los cuatro últimos han sido restaurados, manteniendo viva la imagen tradicional manchega y constituyendo un importante atractivo turístico y cultural.

6. Molinos de El Romeral

El Romeral, en la provincia de Toledo, es conocido tanto por su tradición industrial en el trabajo del esparto como por su grupo de molinos de viento, que son el otro gran atractivo de la zona. En este lugar, el cerro alberga cuatro molinos de viento, símbolos de la cultura manchega y quijotesca. Durante la Fiesta de los Molinos, se celebra la historia y la importancia de estos molinos, especialmente el Pechuga, el único que conserva su maquinaria original. Esta festividad atrae a visitantes que disfrutan de la tradición y la historia viva de El Romeral.

7. Molinos de Tembleque

El pueblo de Tembleque es conocido por su Plaza Mayor, una de las visitas imprescindibles en la Ruta del Quijote. Muchos de los viajeros que realizan este itinerario pasan por alto su coqueto conjunto de tres molinos (dos restaurados y uno en ruinas), ubicado en una pequeña loma a las afueras. Quizá no son los más impresionantes de La Mancha, pero precisamente por estar algo olvidados, desprenden cierto aire de nostalgia que evoca los tiempos de Cervantes.

Molinos de Tembleque - Ruta del Quijote
Uno de los molinos de Tembleque. Foto: rutadonquijote.es

8. Molinos de Puerto Lápice

Puerto Lápice, originalmente conocida como Ventas de Puerto Lápice por su función de hospedaje en el siglo XVI, es famosa por sus ventas típicamente manchegas, construidas alrededor de un patio central. De las ventas originales, se conservan tres: la posada del Rincón, la posada de Dorotea Jiménez y la Venta del Quijote, cada una con su propio encanto y conexión con la novela de Cervantes. Los molinos de la Serranilla, restaurados en la actualidad, complementan la imagen icónica de Puerto Lápice, consolidándolo como un lugar que encarna la esencia de La Mancha y su representación en el Quijote.

Mapa de los molinos de la Ruta del Quijote

Sobre el autor

Alonso Quijano es un apasionado escritor nacido en algún lugar de La Mancha que, bajo la influencia del icónico hidalgo Don Quijote, ha dedicado su pluma a compartir las maravillas de la Ruta del Quijote en Castilla-La Mancha.

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